lunes, 1 de diciembre de 2014

Y llego el final

Y LLEGO EL FINAL… levantarnos a la mañana, hacer el bolso por última vez, preparar la moto, desayunar y ponernos  la ropa de robocop, nos dio cierta nostalgia. Nos quedaban 250 km para llegar a Salta, ya que desde ahí volveríamos en avión a Buenos Aires.-
Acostumbrada –principalmente yo- a que todos los días hacía bastante frío, no modifiqué mi atuendo. Para que!!! nos derretíamos con el traje de motoqueros!! Hacían unos 35 grados!! El sol era sumamente intenso. Nos hicimos un sauna vestiditos nomás
Paramos un par de veces a refrescarnos un poco y finalmente arribamos al transporte para despachar la moto.-
Lindo trabajito resultó desarmar todo para meter la moto en su caja, al rayo del sol. Terminamos exhaustos…
De allí al aeropuerto y a casa.-
Mientras volvíamos ya soñábamos con el próximo viaje, sabiendo que algunas cosas que llevamos debían modificarse (por ej no más remeras blancas, todas negras, y un asiento de cuero de oveja para la nena no estaría mal)  pero que en general, lo habíamos hecho bien.- Fue una experiencia increíble, todo salió de 10!!, pero lo más importante es que fue una inyección de energía, de descanso, de desconectarse de las cosas de todos los días, de no saber en qué día estábamos, ni qué hora era, a excepción de las señales que indudablemente nos daba el sol. Lo disfrutamos mucho, así que esperamos poder programar nuestra próxima salida en no mucho tiempo…

Regresando a Argentina

Sabíamos que esa noche dormiríamos en Argentina, pero nos quedaban unos cuantos km todavía para llegar. El cruce  fue por Villazon, ciudad a la que arribamos luego de unos 400/500 km, de camino de montaña, aunque con sembradíos a ambos lados de la carretera
Después de los trámites infaltables en la frontera, estábamos en la Quiaca. Dimos un par de vueltas y decidimos que mejor seguíamos camino a Huamahuaca. El paisaje es verdaderamente hermoso, las montañas de diversos colores y sus formas hacen parecer que estamos frente a un cuadro recién pintado.
En nuestro camino vimos a una moto, varada a uno de los lados de la ruta, sin la rueda de atrás. Avanzamos escasos metros, y decidimos regresar para ver si podíamos darle una mano.- Era un Americano de Colorado, que venía viajando hacía meses siendo su destino final Ushuaia. No hablaba nada de castellano. Logramos entender que un paisano, lo había ayudado, le había sacado la llanta y se había dirigido a alguno de los pueblos cercanos (50 km) para ver si se la reparaban. Lamentablemente mucho no podíamos hacer, dado que si hubiese tenido la cubierta, teníamos elementos suficientes para emparchársela, pero así, era imposible.-
Charlamos unos 45 minutos con él, y le hicimos el aguante para que la espera no fuera tan larga. Era la segunda vez que recorría el continente de norte a sur, tenía unos 60 años y andaba en una BMW 1200.-
Arrancamos para Humahuaca no sin pasar en todas y cada una de las gomerias existentes en los pueblos, para ver si estaba allí la llanta del Americano.-
En la cuarta que preguntamos, encontramos al paisano, con la llanta arreglada. Seguramente nunca se va a enterar, pero no podíamos irnos tranquilos, sin estar seguros de que aquél que le había dicho que regresaría con la rueda, efectivamente lo hiciera.-
Llegamos a Humahuaca, un placer,  dimos unas vueltas, tomamos cafecito, y entonces decidimos hacer unos 40 km más, y dormir el Tilcara.-
Buena decisión!! Ya que encontramos un hotel re lindo, comimos parrillada, con  vinito argentino. Un buen final de viaje!