sábado, 22 de noviembre de 2014

De La Paz a Potosi



Salimos de La Paz, con el mismo lío con el que entramos. La idea originaria era ir al Salar de Uyuni, pero sabíamos que los últimos 200/250 km de carretera no eran de asfalto, razón por la cual, decidimos desviarnos a Potosí, y hacer noche ahí.
Fue un viaje largo, creo que entre otras razones, porque no hay lugares donde detenerse demasiado,  y la altura, 4000 a 4500 mts  hace que el clima sea frío, y ventoso.-
También hay que resaltar que nuestros vecinos no son demasiado amables con nosotros, -creo que con los extranjeros en general- En más de un sitio, no nos quisieron cargar gasolina aún cuando la pagáramos más del doble.-
Fue la primera vez que nos agarró lluvia bastante intensa, y con escasos 5 grados. El viento en las alturas, hizo  que la moto se moviera bastante y que el conductor tuviera que ir más tensionado  de lo común..
La llegada a Potosí fue a la tarde, cansados y con frío,  conseguimos un lugar donde hospedarnos sin dar demasiadas vueltas, y allí nos quedamos.-
Lógicamente después de visitar Cusco, esta ciudad y su casco histórico, no nos dio demasiadas sorpresas, les diría que incluso,  se ve cierto desapego por lo autóctono, algo similar a la Argentina, donde no se preocupan por la conservación de edificios, calles, y lugares.-
Lo más interesante, fue visitar a la mañana siguiente la casa de la moneda. (también pagando la entrada más del doble, e incluso teniendo que abonar un diferencial si uno pretendía sacar fotografías)-
En una visita que nos llevo dos horas, pudimos ver, la forma en que se acuñaron las primeras monedas del Rio de la Plata, incluso hay muestras de aquellas confeccionadas para nosotros, con el sol en una cara y el escudo en la otra.-
Puede verse como el paso del tiempo, y los adelantos tecnológicos, transformaron la forma de hacer las monedas, ya que las primeras se hacían de plata, para luego y habiendo pasado más de un siglo, hacerlas de otros metales. La maquinaria que se utilizaba está intacta, al igual que los hornos, las balanzas,  y los patios de esa casona, que ocupa una manzana entera.-
Luego de dar por culminada nuestra visita al museo, emprendimos el regreso a Argentina,  dejando por esta vez de lado el paso por el Salar de Uyuni, que nos quedó para otra oportunidad.-

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